Paloma antártica

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Paloma antártica

Días atrás en nuestra Sede Central se pudo ver un ave un tanto especial para estas latitudes. El socio Daniel Godoy fue el fotógrafo que capturó con la lente de su cámara a una paloma antártica (nombre científico Chionis alba), también conocida como picovaina de Malvinas y picovaina nival.

La visitante ya es una más en el muelle, muy cerca de los pescadores y alimentándose de carnada blanca. El sábado 23 de abril nos regaló unos primeros planos con mirada a la cámara incluídos.

Este ave es carroñera, y su hábitat se encuentra en las costas rocosas de la Península Antártica, Islas Malvinas e islas subantárticas. También se la puede ver en las costas patagónicas e incluso se han reportado avistajes en las islas de Torres y de Castillo Grande en la costa atlántica de Uruguay.

Son aves carroñeras que recorren colonias de aves y mamíferos marinos predando sobre huevos y pichones y suelen moverse en grupos de varios ejemplares. Come cualquier clase de materia orgánica, e incluso pueden llegar a alimentarse devorando sus propias crías especialmente las de la segunda nidada. Suelen frecuentar las colonias de mamíferos. Camina despacio y generalmente trota en vez de correr. Vuela a desgano y con mucho aleteo.

Su plumaje es completamente blanco. Tiene la cara desnuda con carnosidades desde la base del pico hasta bajo los ojos. Su pico posee una base amarilla, con el centro color carne y la punta café. Sus patas son grises.

De las aves antárticas, es la única que carece de membrana natatoria en sus patas, sin embargo es capaz de nadar con gran facilidad. Anida y vive en el continente helado, volando desde allí por sobre el Mar de Drake para llegar como visitante a las islas Malvinas, de los Estados y a Tierra del Fuego en el continente. Rara vez sube más al norte, yendo por la costa, aunque puede llegar hasta el sur de Brasil. Hay algunos registros en Punta Rasa pero no es muy común.

Por diversos exploradores se sabe que anida en las islas del Atlántico Sur y en la Península Antártica, llegando incluso hasta el paralelo 65°S; y muchas viven permanentemente en esas zonas soportando temperaturas de más de 40°C bajo cero.

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