Abril y su primer carpa: 5 Kg

Tarde de Domingo en familia en el Club de Pescadores.
La jornada desde lo climático, se presentaba ideal! Cielo despejado con algunas nubes en el horizonte, casi escaso viento y mi amado Río de la Plata calmo, es mas diría manso, esperando que nuestras líneas se adentren en el para poder brindarnos un jornada de pesca como casi siempre que lo visito.
Esta vez no fuimos con mis hijas al morro, nos quedamos cerca del primer trencito, bajo un toldo que nos protegía del sol.
La pesca en general, por lo que escuché y hablé con los demás socios, no fue de las mejores. Pero como siempre digo yo, el peor día de pesca es no estar junto al río, por eso alisté mi equipo y colaboré con el de mi hija Abril para que a los pocos minutos de haber llegaro al muelle, las lineas estuviesen en el agua.
Encarnando con el maíz fermentado que provee gratuitamente a los socios el club, con una linea corrediza de solo un anzuelo esperaba tentar a las bogas.
Hubo un par de toques, hasta que por fín pude clavar la primera y mas grande de las 2 que saqué. Un lindo y vigoroso ejemplar que fué devuelto al agua tras sacarle una foto.
Algo mas tarde, un amarillo quiso apropiarse del maíz y pero fuí un poco mas rápido que el y logré traerlo prendido del bigote. Devolución mediante, acomodo el encarne y al agua de vuelta.
Entre charlas y risas con mis hijas, Abril seguía sin pescar nada, solo algún que otro toque en su línea, pero sin lograr la tan ansiada clavada.
Cuando tengo un pique y logro hizar la segunda boga que con mucha certeza en el manejo del copo Abril me ayudo a subirla al muelle, me dispongo a remover el anzuelo de su pequeña boca, cuando escucho la chicharra de la caña de Aby. Remuevo el anzuelo de la boca de la boga antes pescada por mi, y me dispongo a asistir a mi hija en lo que fuese necesario.
Ni bien ella toma la caña, efectua una certera clavada sobre su pieza.
La corrida fue de muchos metros, ya que acostumbramos a pescar con equipo liviano (nylon del 0.26 y salida del 0.40) por ese motivo la estrella del reel le permitía al pez sacar linea en mas de una ocación y a su vez le permitía a mi hija poder disfrutar de la pelea lejos de los pilotes del muelle, donde el corte sería casi seguro.
Tras largos minutos y varias corridas todos sabíamos que se trataba de un ejemplar de buen porte. Y yo trataba de estar para ayudarla pero a su vez, sin interferir en su pelea con su pieza.
Cuando por fin la presa se estaba por rendír, confirmamos que se trataba de una carpa de muy buen porte, lejos del record del muelle, pero si siendo el record de peso de mi hija, lo cual vale mas que todo.
En este caso, yo ayudé a izarla con el copo y una vez que le quitamos el anzuelo, le saqué la foto de rigor. En balanza la carpa estuvo cerca de los 5 kilos, pero eso es solo una anécdota, ya que para un padre ver la cara de felicidad de una hija tras "hacer bien los deberes" y poder subir al muelle una pieza (y encima de buen porte) no tiene precio.
La mejor parte vino luego, al ser pesada la bajamos de nuevo en el copo (recomiendo siempre hacer eso con peces de mas de 3 kilos). La aguantamos unos instantes para que retome fuerzas y tras un corto lapso de tiempo, nos saludó con su aleta caudal de un lado a otro.
A continuación, les dejo la foto de mi hija Abril con su primer carpa.

Carlos Alberto Asensio